Por otra parte, la fenomenología permite también concebir cierta delimitación fértil entre el campo de la normatividad y el concepto fenomenológico de “normalidad”, por el que podemos entender “sentimientos autoevidentes de orientación y familiaridad”. Este concepto de “normalidad” parecería lejos de poder ser comprendido como una categoría estática o cuantificable, sino más bien como un proceso continuo de normalización. Su relación con el ámbito normativo, en la medida en que la normalidad apunta a los estándares de éxito o fracaso o al ideal de “optimalidad”, ha sido objeto de reflexión de los fenomenólogos desde el propio Husserl.

La relación entre lo normal y lo normativo se abre pues a diversos enfoques: por un lado, parecería que la descripción de la normalidad nunca puede estar libre de procesos de valor implícitos y juicios normativos. Este argumento está en el corazón de la mayoría de las teorías posmodernas, feministas y de fenomenologías críticas, que muestran la relatividad histórica y cultural de las normas y su surgimiento a partir de discursos performativos específicos o constelaciones de poder (Foucault, Butler). Por otro lado, el concepto fenomenológico de “normalidad” parecería, en su vinculación con la temporalidad, poder abrir una diferencia entre la normalidad y el ámbito de las “normas”. La discusión entre la concepción fenomenológica y posestructuralista acerca de la génesis de lo normativo es tal vez una de las más fecundas en las últimas décadas.

Si bien históricamente la normatividad parecía competencia del ámbito de la teoría ética y debía regular la conducta moral, en una dirección prescriptiva, algunas interpretaciones colocan su operatividad ya en los niveles más profundos de la percepción y de la vida pasiva, diseñando desde el límite de la aparición la configuración de las estructuras de “normalidad” del mundo que damos por completamente naturales (Husserl, Merleau-Ponty). La tradición fenomenológica parece especialmente bien equipada para discutir y debatir, desde la diversidad de sus enfoques y desde la polivalencia de sus aplicaciones metodológicas, las relaciones de dependencia entre el ámbito de la normatividad, la descripción de la normalidad, y las estructuras fundamentales del mundo de la vida y del mundo social. Estos aspectos se han estudiado ampliamente en la relación entre lo normal y lo patológico en el ámbito de las humanidades médicas, así como en los ámbitos de la estética, la filosofía política y social o en los debates éticos.

Con objeto de fomentar estas investigaciones y difundir sus resultados, la Sociedad Española de Fenomenología (SEFE) organiza este Encuentro estableciendo las siguientes líneas del Congreso:

1. ¿Qué es una norma y cómo seguir una norma? Aportaciones desde fenomenología, antropología y ciencias humanas y sociales.
2. Consideraciones históricas, y sistemáticas sobre los conceptos fenomenológicos de “normatividad” y de “normalidad”.
3. La dimensión intersubjetiva del concepto de “normalidad”: dimensiones políticas y éticas del concepto de “normalidad” y “anomalía”.
4. Fenomenología genética de la normalidad.
5. Normas, objetivos, valores: jerarquización, distinciones y convergencias. Ética y fenomenología.
6. El concepto fenomenológico de “anomalía”: lo anómalo, lo extraño, lo inquietante. Posibilidades fenomenológicas de descripción.
7. Perspectivas de fenomenología crítica 1. Normatividad y normalidad en la esfera de la corporalidad: análisis y crítica de la “normatividad corporal”. Salud, belleza, enfermedad, sexo, género, raza, discapacidad.
8. Perspectivas de fenomenología crítica 2. ¿Fenomenología queer? ¿Fenomenología freak? Reflexionando sobre la neutralidad de lo normal.
9. La normalidad como categoría médica, psicológica o psiquiátrica: fenomenología, psiquiatría, ciencias de la salud.
10. Normas y estilo en el arte: consideraciones estéticas sobre los límites de la normatividad.
11. Lo cotidiano, lo normal y el acontecimiento.